“Pero él, abriéndose paso entre ellos, se alejó” (Lc 4,30)

Es esta una de las frases bíblicas que siempre me ha interrogado. En diferentes ocasiones, los evangelistas refieren esta actitud de Jesús. Me fascina la libertad del Maestro que, percibiendo el rechazo de sus interlocutores, abandona sin reproches el lugar donde se encuentra y se encamina hacia un nuevo sitio para comenzar a predicar de nuevo. Igualmente, me asombra la audacia de los evangelistas que narran esta situación con naturalidad y que, reiteradamente, señalan que el rechazo forma parte del anuncio.

Cierto es, que los tiempos de Dios nos son los nuestros, y que, la enseñanza fundamental de esta pequeña frase es que Jesús habla y vive con libertad, con total confianza. Abandona el lugar sin soberbia pero con decisión, se abre paso entre la gente que le rodea, rompe el círculo que le cuestiona, y se aleja, dejando tras de sí el círculo que le oprime. Nada se nos dice de los sentimientos que se agolpan en el corazón del Maestro pero sí que la Palabra está sembrada y que hay que dejar espacio y tiempo para que fructifique.

Abrirnos paso y alejarnos…. Cuántas situaciones requieren de nosotros conjugar estos verbos. Son esos momentos en que percibes que tienes que salir del circulo que te oprime, que apaga tu palabra, sofoca tu libertad, anula tus vínculos, necesitas aire,…pero, sobre todo, valor.

Tengo una amiga que, a su trabajo de crecimiento personal, lo llama “cerrar círculos”: círculos vitales, familiares, emocionales… Me parece sugerente. “Cerrar círculos” es zanjar aquello que se ha convertido en lastre con los años, en heridas no sanadas, y que requiere libertad y audacia para ser definitivamente afrontado y curado. Hablando con ella, he descubierto que cuando “cierras círculos”, si te quedas dentro, el círculo te aprisiona; pero si, al estilo de Jesús, sales, te alejas y lo miras desde fuera, entonces estás comenzando a recuperarte, se produce una auténtica catarsis vital.  

Me parece todo un arte. Jesús nos enseña una terapia de sanación personal: salir del círculo, “abrirnos paso”,  tomar distancia y “alejarnos”; puede resultar doloroso, pero es el camino necesario para poder sanar todo aquello que nos impide vivir en libertad.  

Ignacio Rojas Gálvez

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La vocación religiosa