Koldo Alzola, un hermano de brazos abiertos

Escribir sobre Koldo Alzola es para mí una gran alegría ya que es un hermano trinitario al que tengo muchísimo aprecio. Un 5 de abril del año 2004, día en que Koldo cumple años, llegó a nuestra casa trinitaria de Salamanca para vivir con nosotros la Semana Santa a la vez que hacía una experiencia vocacional en nuestra Orden Trinitaria. Por aquel entonces, Koldo ya llevaba recorrido un importante tramo del camino en el seguimiento de Jesús y la vida de la Iglesia, ya que procedía del seminario diocesano de Bilbao. A partir de aquellos días, puedo decir que hice un nuevo amigo.

Al año siguiente, Koldo ingresó en el postulantado en nuestra casa de Salamanca, para después pasar el noviciado en la comunidad del Santuario de la Bien Aparecida. Al concluir esta etapa de formación, Koldo estuvo durante unos meses viviendo una experiencia de apostolado trinitario en nuestra casa de Bogotá. De este último período son muchas las veces que le he escuchado hacer referencia a lo vivido entre la casa de formación, la parroquia y el apostolado en la cárcel de mujeres.

De vuelta a España, Koldo vivió sus tres años de profeso simple en nuestra casa de Salamanca, al final de los cuales, en el año 2009 hizo la profesión solemne. Dado este paso definitivo, Koldo fue destinado a Alcorcón. En este municipio madrileño, Koldo fue ordenado diácono y meses más tarde, en nuestra parroquia de la Trinidad de Algorta, fue ordenado sacerdote.

Allá por donde Koldo ha pasado o pasa, deja mucha huella en la gente e ilusiona a todos por vivir el evangelio, reengancharse con la Iglesia y vivir el carisma de los Trinitarios: Gloria a ti libertad y a los cautivos libertad. De Koldo puedo decir con profundidad, que es una persona totalmente entregada a Dios y a los demás. Cualquier favor que le pidas, él siempre hace lo posible por ayudarte o buscar a alguien que te pueda ayudar. Algo que me gusta mucho de la forma de ser de Koldo es que allá donde va consigue que los frailes hagamos nuevos amigos ya que hace que la comunidad sintamos como parte de nuestra familia a su familia carnal, amigos y conocidos. Su padre, Txavi, vive con la comunidad y es alguien a quien todos los frailes queremos mucho. Todo esto nos ayuda a que nuestras casas de la Trinidad sean más abiertas y encarnen el espíritu de nuestros fundadores. Por todo esto puedo decir que Koldo es un fraile trinitario de brazos abiertos.

Otra cualidad de Koldo es la del buen humor unido al respeto, lo cual hace que muchas personas encuentren en él un hermano trinitario con el que compartir las dificultades y buscar conjuntamente luz en el camino. Él siempre ha entendido que la liberación de San Juan de Mata se realiza por medio de la escucha y de la presencia, por ello, no le duelen prendas a la hora de ir al encuentro de los otros para animarlos y mostrarles todo su apoyo.    

David García

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