Alejandro Venero, Trinitario de gran corazón
Hoy, me toca a mí hablaros de un hermano al que quiero muchísimo. Es un hermano joven, alegre, entregado y trinitario de gran corazón. Nos conocimos en unas jornadas de San Juan Bautista de la Concepción cuando éramos postulantes, él estaba en Salamanca y yo en Granada. Desde muy pronto congeniamos muy bien, compartíamos la misma espiritualidad, el amor a la Orden Trinitaria y las ganas de entregarnos por completo.
Os estoy hablando del P. Alejandro Venero, natural de Laredo (Cantabria) que actualmente se encuentra de conventual en la casa de la Trinidad de Valdepeñas, la cuna de la Reforma Trinitaria. Desde muy pequeño gracias a su familia pudo crecer y vivir en un ambiente religioso, pues sus padres y hermanos vivían la fe. En los años de colegio con las Hijas de la Caridad, pudo descubrir que Dios lo estaba llamando a su seguimiento, gracias al testimonio y ejemplo de los trinitarios de Laredo, especialmente con el P. Andrés Sagarna de Cristo Rey, pues le marcó muchísimo con su entrega. Tras un discernimiento, vio clarísimo que Dios le llamaba para ser trinitario y llevar la libertad a todas las personas necesitadas.
Casi toda la formación la realizó en Salamanca, menos el año de noviciado que fue a Chile y el APPS que lo realizó en nuestra casa de S. Carlino (Roma). El 17 de diciembre de 2011, solemnidad de nuestro fundador pudo realizar su profesión solemne a los pies de las reliquias de San Juan de Mata. En menos de un año, el día 22 de septiembre del 2012 se ordenó sacerdote. Durante 12 años se ha dedicado a la docencia en el colegio de Salamanca, siendo un religioso muy cercando y disponible para todos. Su alegría y entusiasmo son la palanca para que muchas personas se contagien del carisma trinitario-redentor entre los más pequeños y adolescentes. Ahora como párroco en la pedanía de Consolación de Valdepeñas y como profesor de nuestro colegio trinitario continua siendo un buen instrumento del Señor.
Profesa un amor especial a los santos de nuestra Orden y un cariño a nuestras hermanas trinitarias contemplativas, estando siempre dispuesto para predicar y dar ejercicios espirituales.
Los que tenemos la suerte de conocerlo sabemos la cantidad de dones que el Señor le ha regalado para estar al servicio de la comunidad en todo momento y siempre que un hermano religioso lo necesite. Todas las personas que lo conocen pueden descubrir su disponibilidad y entrega.
Muchas gracias hermano Alejandro, por tu entrega a la Trinidad y a los hermanos, especialmente a los que Dios ha puesto a tu lado.
Manuel García